jueves, 3 de julio de 2014

La chica del escobón

Bueno bueno amigüitos, si, si, entrada número 500 en el Gran Miki, quien iba a decirlo allá por el año 2009 que empezamos la andadura con txorradas y ya tenemos 500 txorradas, lo que nació para ser un recopilador de tonterías se ha convertido en una Gran tontería, je, je..


Y para celebrarlo hoy no hay entrada de vídeo, hoy una pequeña historieta que me aconteció hace unos días, uno de esos preciosos días de la última parte de la primavera donde el cielo es completamente azul y el sol brilla salvajemente, además la brisa en la capital de la niña bonita del estado español hace que lo que puede ser un calor pesado y agobiante pues se haga bastante más llevadero hasta poder decir que el día era cojonudo.

Pues allá que me fuí yo al cine un poco al interior de la provincia colindando con la capi y donde la brisa ya había dejado de soplar y el calor era bastante más agobiante que cinco kilómetros hacía la inmensidad de la mar. Hora las 15h45´, mi hora preferida para ir al cine y con buen tiempo por favor, donde casi seguro que no habrá nadie, el cine para mi solito.
Así que allí llego yo como unos diez minutos antes, compro el ticket con la sólida sonrisa de la taquillera apenas reflejándose tras ese cristal gordo y para colmo escuchando su aún más sólida y metálica voz a través de ese estraño ojo de buey: "son 5€".
Venga, para dentro, le doy el ticket al chico de la entrada y "al fondo a la derecha", gracias colega. Allá que me voy super contento, entro, busco mi sitio, arriba y centrado, perfecto, como a mi me gusta, la sala entera para mi y así que se queda, llega la hora, se atenúan las luces para la horda de anuncios antes de la película y allí que no hay nadie más que yo, genial, me pongo cómodo, estiro las piernas y a disfrutar de la película del amigo Ton Cruise...

Empieza la película, todo bien, acción, diversión....y a los veinte minutos, se apaga la pantalla del cine y se encienden las luces.....joder, todo en silencio, yo sólo en el cine, no tenía la mirada complice de algún otro espectador; esa ilusión de no ser el único panoli al que le ha pasado.....pues si, esta vez si colega, sólo solito.
No pasa nada me digo a mi mismo, alguna vez puede haber un fallo técnico y volverá pronto, pero por si acaso voy buscando en mi móvil por internet el teléfono de los cines.
Pasan dos minutos y no pasa nada, sólo el tiempo, no viene nadie a decirme nada, todo sigue igual, pantalla blanca, luces encendidas, sólo en el cine.
Voy a llamar al teléfono sentado desde mi butaca, no vaya a ser que empiece la película de nuevo......un tono, dos, cinco, diez, doce y el móvil deja de marcar.
Vaya vaya, empieza a complicarse el tema, así que me digo, voy a salir de la sala mientras vuelvo a llamar y así si por si acaso empieza la peli pues me vuelvo a la butaca.
Voy bajando las escaleras mientras llamo, salgo del cina, abro la puerta y miro....no hay nadie en todo el pasillo de los cines, ¿¿??. El teléfono deja de llamar, vuelvo a llamar y empiezo a andar por el pasillo donde no hay, ¿nadie?, es todo muy raro, las máquinas están todas en funcionamiento, las palomitas siguen haciéndose en las máquinas, los hielos suenan a medida que van formándose y yo sigo avanzando por un pasillo por el que el único sonido humano es el que yo produzco al andar.
La sensación es bastante agobiante, andando sólo por un sitio desierto de humanos pero donde las máquinas siguen trabajando como si nada. Voy acercándome al final del pasillo y oigo un teléfono sonar y me digo, "no puede ser", cuelgo mi móvil y el teléfono deja de sonar, "dios....no es posible", vuelvo a llamar y el teléfono suena....leches, ningún humano, las máquinas funcionando y el teléfono al que llamo suena a mi lado sin que nadie lo conteste, sólo yo podría responderme a mi mismo.

Tranquilidad, no pasa nada me digo a mi mismo, alguien habrá, pero miro y miro y no hay nadie. Salgo a la zona de la taquilla pero tampoco hay nadie, vuelvo dentro y mientras me doy otra vuelta voy buscando el teléfono del centro comercial.

Llamo y sale una simpática chica a la que le cuento lo que me ha pasado y me dice que tranquilo que apunte que me da el teléfono de los cines. Le digo que vale pero que igual es al que estoy llamando.
Da igual, me lo da, lo compruebo y es al que estoy llamando, aún y todo llamo ya que la chica ya había colgado. Efectivamente suena el teléfono famoso que lo tengo a mi lado pegado en la pared.
Vuelvo a llamar a la chica y le digo lo que pasa. Me dice que tranquilo que me pasa con seguridad.
Sale un señor al que le explico la situación y me dice que tranquilo que me redirecciona la llamada al teléfono de los cines.....justo antes de decirle que no, que no hay nadie, ya me ha colgado y el teléfono de la pared suena, claro....
Así que lo cojo y le digo al señor de seguirdad que soy yo, el del cine, que allí no hay nadie y que llevo un rato comprobando que el teléfono que me dan es el que tengo a mi lado pero que no hay nadie excepto yo para responderlo.....el señor muy amable me dice que no es posible que no haya nadie....Me dice que tranquilo, que espere que se pasa él ahora para comprobarlo.
Yo pues vale, no me queda otra...sigo dando vueltas por el pasillo porque no llego el señor instantáneamente, tardó unos minutos.

Llega, le comento el tema, me vuelve a reiterar que no es posible y se mete por los compartimentos de los refrescos, palomitas.....yo no me había metido por allí.
Sale y dice: "no es posible, no hay nadie".
Se queda un rato el hombre ahí parado sin saber que hacer y al final me dice que tranquilo (yo estaba tranquilo pero ya que te lo digan tantas veces empieza a inquietar más que las máquinas funcionando sólas sin humanos cerca), que va a buscar a alguien que me pueda dar una solución....

Por unas puertas de repente que aparece una chica sonriente de manteniento, ya se hacía hasta raro ver a alguien por alli.
Le explico la situación, la cara de la chica cambia y me dice que no es posible y yo que si, que me ha pasado a mi.....aparece un chico, el técnico de los cines, le comento lo que me ha pasado y con cara de sonrisa pero algo tenso me dice a ver si era la sala 6 y le digo que si. Me dice que si, que él ha cortado la película porque no había nadie en el cine....¿¿??. Yo como comprenderéis estaba ya alucinando en colorines con el tema. Le digo que si que había alguien, que estaba yo y le enseño el ticket y se queda más flipado aún.

En esto van apareciendo todos los empleados del cine, técnicos, limpiadores, vendedores de palomitas, acomodadores....se habían ido TODOS a descansar y fumarse un cigarrillo fuera. Para terminar el tema aparece la chica de la taquilla, le dicen lo que ha pasado, mira el ticket y dice que ella había mirado en el ordenador y que este le había dicho que en la sala 6 no había nadie, con lo cual había dado la orden al técnico de cortar la película......pues si, y mientras ellos hablaban y se aclaraban yo pensando para mi que si no había nadie en la película, ¿para qué esperar veinte minutos a cortarla, no sería mejor no ponerla?, y mejor aún, ¿no sería conveniente antes de parar la película que ya ha empezado y por algo será, comprobar por si acaso si hay alguien dentro?.

La situación yo la veía muy confusa, estaban varios de ellos hablando sobre la situación, la película ya no la iban a continuar porque con la txorrada habían pasado 40 minutos con lo cual no daba tiempo antes de empezar la siguiente sesión.
Yo me seguía haciendo preguntas a mi propio fuero interno como la de, ¿cuánta gente habría ese día en el cine?, un día de muy buen tiempo a las 15h45´, yo y alguno más, ¿no se podría acordar la chica de la taquilla de que me había vendido una entrada, no se acordaría el acomodador que me dió paso y me dijo la ubicación de la sala?, parece que no.
No veía yo una solución clara, los trabajadores estaban más por la labor de intentar aclararse con lo que había pasado que de dar una solución al cliente, a mi.

Por fin apareció una chica de mantenimiento, muy simpática que estaba también escuchando todo el tema, si, la chica del escobón que muy amable me dijo que le acompañara que me iba a abonar el dinero de la entrada...por fin una respuesta positiva hacia mi, menos mal. Al fin una persona que se hacía cargo del cliente y no se dedicaba a diatribar (esta me la he inventado yo) sobre el posible causante de todo aquello.
Allá que me fuí con ella a la zona de las taquillas. Esperé y tuvo el detalle de no darme la respuesta desde detrás de ese vídrio frío y opaco ni de hablarme a través de ese ojo de buey por donde sale ese sonido metálico y mecánico más helador que pasear sólo por un pasillo sin humanos con las máquinas a pleno rendimiento y un teléfono sonando sin parar.
Ella salió y me dió el dinero de la entrada y una invitación para volver al cine otro días, más una disculpa sintiéndolo mucho.

Así que bueno, se lo agradecí y me fuí del cine con un calorazo impresionante pero sintiendo, a medida que iba llegando para la capital, la brisa marina entrando por la ventanilla del coche y una relajación tras habérseme solucionado una situación cuando menos inquietante, por lo menos un rato, el rato sin humanos.

Gracias chica del escobón.

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