La amapola azul alucinógena del este de la montaña, ese es el aroma que le da a aspirar/espirar el colega Henry Ducard a nuestro héroe Batman, y menudo colocón que se agarra el amigo viendo todo medio doble, murciélagos donde no los hay y voces que le van dirigiendo.
Por no decir nada del viaje-samurai, la prueba iniciática al interior de su yo, rodeado de todos esos pirados disfrazados de ninjas; pirados por cierto que pertenecen a la Liga de las Sombras, un grupo de iluminados purificadores de todos los males, a su manera, claro.
El bueno de Henry también soltando todas esas frases pseudo-tao-filosóficas orientales para encontrar el camino, el camino del hombre-murciélago en busca de sus temores. Parece que también ha inhalado bastante amapola azul de esa, de hecho un poco cara azulada ya se le ha quedado.
Todo eso mientras comanda a los ligones sombríos enmascarados esos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario