¡Uhauuuu!!!, qué guay son los americanos, acaban la misión de reconocimiento aéreo y no se les ocurre mejor idea que lanzar la pelota de fútbol americano aprovechando el lanzador de los aviones del portaaviones, ¡yihaaa!!, recuerda a ciertos tios cools pero no tanto como aquellos.
Pues nos encontramos en las postrimerías del conflicto balcánico, allá por el año 1995, la guerra casi ha terminado, pero los pérfidos serbios aún continúan con sus pillerías y su eliminación sistemática de la población bosnia, son malos hasta cuando no hay guerra.
Los americanos, supervisados por la O.T.A.N., se encargan de vigilar las recien creadas fronteras y que no se traspasen, asi pues nada, tienen en el Adriático un portaaviones por si a algún ya de por si pérfido serbio, se le ocurre pues cruzar líneas de sus pueblos vecinos.
El caso es que el lugarteniente guay Chris Burnett, el del fútbol americano pues es derribado y se encuentra huyendo de los malvados serbios, que por supuesto no van en su persecución para limpiarle el traje.
Es curioso como la termotecnología sirve poco más que para poner nerviosos a todos los americanos en su nave, mientras termovisulizan las pocas posibilidades de salir con vida que tiene su héroe siendo perseguido por los serbios.
Ya de por si malos los serbios, nada mejor que esconderse de ellos que en las fosas comunes para los bosnios que ellos mismos ejecutan. Así el guay americano puede burlar a los malévolos serbios que se cargan bosnios porque si y quieren matar americanos para que la guerra continúe.
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