Marty no es precisamente el chico mas popular del instituto, no es alto, no es guapo, no es popular, juega a fútbol americano pero....digamos la verdad, es tonto, encima es el tonto del equipo, es feo, enano, contrahecho, miope y demás oftalmologías que asoman por esas gafas de culo de botella.....efectivamente no es un tio guay.
El entrenador en un alarde de buena fe le pone en la última jugada del partido, no hay nada que hacer, van ganado de sobra y no importa que esté el tonto del equipo en el partido.
Pero el guay, el capitán del equipo, en un alarde de buena fe, le da una oportunidad con un discurso de esos deportivo-emocionales en contra de lo que quería el entrenador, quiere que Marty participe en la jugada, no sólo que esté ahí sin más, quiere que Marty reciba la pelota aún con las protestas del resto de los supuestos compañeros para que este se sienta un héroe sin miedo....
Esa oportunidad tan buena que le dan, Marty no la quiere, él está contento con estar ahí, es el momento álgido de su estancia en el instituto, poder jugar en el equipo de fútbol.....mucho consigue el pobre con lo que tiene si no eres guay o el capitán o alguno de los acólitos de los guays de los distintos equipos de los varios deportes.
Je, je...nadie lo quiere a su lado y hasta los del equipo contrario no quieren saber nada de él, lo dejan sólo en un lado, sin nadie que le cubra.
Pero Marty es grande, aprovecha su oportunidad, sale corriendo como una bala, esquivando a cuantos contrarios le salen al paso con espectaculares fintas, saltos, empujones...espectacular...y consigue lo que jamás pensó que podría hacer, lo más grande que un jugador de fútbol puede lograr, un touch-down....
Ja, ja, ja..qué cebados y para colmo cierta ironía en los comentarios del personal, ja, ja..
"Buenas manos Marty".
"Márcate un baile Marty".
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