Hoy una confesión entre dos tensionados enamorados, El conductor y su vecina Irene, con lágrimas y bofetada dentro de una preciosa historia de amor en un ascensor con la intensidad y la fuerza de un beso apasionado...
La bella historieta termina con la paliza que le propina El conductor al ganster tras derribarlo y destrozarle el cráneo a base de pateárselo como una veintena de veces, lo que se dice con saña para esparcir bien lo que queda de su cabeza por el suelo.
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