Chingachgook corre todo rabioso en busca del malvado hurón Magua al cual inflinge una muerte rápida, corta y concisa con esa cachiporra que le estampa varias veces haciéndole crujir sus huesos.
Una muerte como Dios manda, nada de esas peleas largas e interminables entre el bueno y el malo, en este caso muy malo indio.
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