Nuestro andarín celestial favorito, Luke Skywalker suelta esta frase en mitad de un ataque a bordo de su snowspeeder contra los caminantes imperiales.
Pues eso, el Imperio quiere destruir unos generadores de fuerza y de paso la base rebelde de la República y para eso manda a esos perros espaciales, caminantes imperiales, fuerza ventisca o AT-AT (All Terrain Armored Transport), que eran unos vehículos imperiales de enorme tamaño con característicos rasgos zoomórficos, parecen perros, pero bueno.
Están compuestos por un cuerpo que lleva en su interior los motores y una gran cantidad de tropas de asalto del imperio galáctico, una cabeza donde esta la cabina de control y el armamento y cuatro altas patas que mantienen a la estructura alejada del peligro del suelo. Además, bajo esas enormes patas, se encuentran rádares para detectar minas, fosos o cualquier cosa que pueda suponer un peligro para la tripulación o el propio vehículo.
Con esta combinación los AT-AT eran infalibles e indestructibles para ese bombardeo, mas bien laserdeo, hasta que a nuestro andarín se le ocurrió la idea de enlazar las piernas de los perros con los arpones
de los snowspeeders, consiguen tirar uno, pero finalmente es alcanzado y cae, pero se le ocurre otra idea, encaramarse al vientre del perro y lanzarle un explosivo en el interior.....lo destruye.
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