viernes, 6 de diciembre de 2013

¡Quinientos!!!!

Qué buena esta partida de cartas en el tren, con el mafioso, ganster chuloputa Doyle Lonnegan, mas chulo que un ocho, con cara de mala uva que parece que la ha tenido toda la vida y que no le gusta mucho perder y menos aún que le vacilen ni un poco. De pequeño le pegarían por enano cojo o algo así y de mayor pues decidió que nadie más se reiría de él y para eso me convierto en el más duro del barrio.

Pues precisamente a eso va Shaw, a ganarle, timarle y a vacilarle haciéndose pasar por borracho pero que les limpia el forro a todos.

A mi Lonnegan me acojona la verdad, ya desde el principio cuando le dice lo de la corbata, yo no le vacilo, me voy, me pongo una y vuelvo, menuda cara tiene el amigo....pero no, Shaw a tocarle las pelotas y sigue tocándoselas toda la partida con el castigo del nombre, llamándole Loneman, Lineman, Lonigen para hacerle perder los nervios......,  hasta que lo consigue, ya el amigo Doyle no puede más, está claro que no le gusta que le toquen las narices........cuando coge la botella yo ya me la imaginaba en la cabezota de Shaw echa añicos, je, je...



El final es cojonudo, cuando Lonnegan con su gorila han preparado todo para hacer la trampa y ganar, esa mirada de Shaw hacia atrás y esa mirada entre el gorila y Lonnegan de si, se la hemos metido, es de lo mejor.

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