Ernesto es un acabado, es un don nadie, triste, apático, no tiene futuro, la vida no le va bien ni le sonríe y eso lo traslada al mundo laboral, donde para colmo de males también tiene un trabajo monocorde, soso, sin emoción, repite monótonamente las ofertas en un supermercado por
megafonía en lugar de trabajar en su afición de verdad, la radio.
Su vida va a estar más acabada porque lo van a echar de la empresa. Su mejor amigo es el subdirector de la empresa y aún sabiendo lo patético que es, no quiere echarle.....
Las cosas cambian en la vida y más si te dicen que te quedan tres meses en tu vida y Ernesto pues decide ser un poco más él mismo y lo transmite al supermercado....
.....hay que arriesgarse y no perder el tiempo, je, je...pone las pilas al personal.
Claro que esto es el fin de su carrera como locutor de monotonías supermercaderías...¿o no?.
ja, ja, ja..las ventas suben mogollón y los directores están muy contentos con el cambio de Ernesto, no así su mejor amigo que ya no parece su mejor amigo y si que lo quería echar. Venga a currar ya y a motivar al personal para que compren de todo.
Ernesto propone al personal un trato, todo un éxito, je, je..saca su afición por la radio, su verdadera vena, lo que le pone.
Y propone también al personal un juego, motiva a todo el mundo y se está vendiendo demasiado, ja, ja..¿en un supermercado?, perfecto, claro.
Para que no penséis que las cosas siempre terminan mal en el Gran Miki, venga, a disfrutarlo camaradas.
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